¡SEÑOR, LLÁMAME A SERVIR!

Por Mirian

Extracto de la Adoración de fecha: 26/01/2011

D: Nos ponemos cómodos y escuchamos reflexivamente la lectura bíblica del día de hoy:

Lc 10, 1-9.

Reflexión: El Sembrador salió a sembrar. Dios sigue llamando obreros para su mies…: En nuestro silencio interior respondemos las siguientes interrogantes y entregamos cada realidad.
• Comprendemos que Dios ya ha sembrado su propia semilla en nuestro corazón y por eso hoy estamos aquí?......
• En nuestro día a día:
Permitimos que Dios esté en lo más íntimo de nuestro ser?...
En la luz de nuestra fe?....
En el ardor de nuestro afecto?...
En cada una de nuestras ideas?...
En fin, en cada uno de los latidos de nuestro corazón?

SILENCIO

D: Como tarea, tratemos de descubrir la semilla de Dios, que hay en nosotras, en todos y en todo, en el agua que limpia, en la luz que nos inunda, en el alimento que nos fortalece, en el descanso que nos renueva, en la amistad que nos da fuerza

SILENCIO

T: “Señor, estoy lleno de Ti, absorbido por Ti y no he caído en la cuenta”.

SILENCIO

D: Hoy en este día también recordamos con admiración a nuestro Padre Fundador, José Kentenich, quien acusado por el Nazismo de traición al estado, pasó la noche del 19 al 20 de enero en oración. El día 20, durante la Misa, tuvo la certeza interior de que no quería ser liberado por ningún medio humano, sino por la entrega de la familia a Dios, por ese esfuerzo heroico en aceptar y solicitar la cruz en cuanto corresponda al plan divino – actitud llamada "Inscriptio". Era la oportunidad de arriesgar el salto hacia lo sobrenatural. Testimonio de su libertad espiritual es el libro de oraciones "Hacia el Padre", cuyo contenido surgió casi en su totalidad durante los tres años de prisión. Dachau fue la confirmación divina de la obra que había fundado.
Como familia iniciamos este año con fe y confianza: Que bajo su protección y enseñanzas, vayamos construyendo hogares santos. Al recordar este 20 de enero, hagámoslo con la misma actitud que el P. Kentenich tuvo aquel día: Entregarse y salir al encuentro del hermano, del que sufre, del Dios que habla y pide respuesta.
Meditemos: Y nosotros, cómo estamos?, aceptamos nuestras cruces?, entregamos todo con afecto a Dios Padre?

SILENCIO

Oh Jesús, el día que me juzgues ten presente este momento

P. Saturnino Junquera S.I.

*Es verdad que te ofendí con mis palabras muchas veces, pero ahora te alabo.
*Es verdad que me aleje de ti como un hijo pródigo, pero ahora me detengo ante tu sagrario.
*Es verdad que soberbio no quise frecuentemente servirte, pero ahora me postro ante ti sumiso y humillado.
*Es verdad que te entristecí con mis locas alegrías, pero ahora lloro esos agravios.
*Es verdad que te llevé a la muerte con mis culpas, pero ahora daría mil vidas por reparar mis pecados.
*Es verdad que te abandoné y negué como Pedro, pero ahora te digo: Señor, tú sabes que te amo. Amén.

SILENCIO

La que dirige: Jesús, que estás viéndome desde el sagrario:
L1: Mírame con aquellos ojos de ternura, con que miraste al joven del Evangelio.
L2:Mírame con aquellos ojos de misericordia, con que miraste a la multitud hambrienta y a los enfermos.
L3: Mírame con aquellos ojos de afabilidad, con que miraste a la viuda limosnera y a Zaqueo.
L4: Mírame con aquellos ojos de perdón, con que miraste después a las tres negaciones de Pedro.
L5: Mírame con aquellos ojos de amor, con que miraste desde la cruz a Juan y a tu madre, al hacer tu testamento.
L6: Mírame con ojos benignos, no con aquellos ojos de angustia con que miraste a Judas, o con aquellos ojos de ira, con que miraste a los mercaderes del Templo.
Amén.

SILENCIO

“COMO CUSTODIAS VIVAS, TE CORONAMOS, MADRE, REINA DEL JARDÍN DEL PADRE”.
“EL PADRE SACERDOTE VIVE EN MI, YO REGALO HOGAR”.
“’FAMILIA EN ALIANZA, POR UN NUEVO PARAGUAY”.