En sintonía... RADIO TUPASY RAPERE
¡Te adoro, te alabo,
te bendigo
Salvador mío
Hijo de Dios y de María,
Fuente de verdad y de vida!
¡Gracias por el deleite
de estar en tu compañía!
Amén

miércoles, 24 de noviembre de 2010

¡GRANDE Y UNICO REPARADOR!

Por Mirian

Extracto de la Adoración de fecha: 24/11/2010

Bendito sea Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar. Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado.

Madre y Reina! Ayúdanos a despojarnos de todo lo que nos intranquiliza para que en silencio y pobreza, el Espíritu de Dios pueda llegar hasta nosotras y encontrar en nuestras almas un ambiente sereno de acogida y entrega. Haz que nuestra inteligencia se abra a su Luz y aprendamos a ver con los ojos de Dios. Regálanos la profunda comprensión del corazón que tanta sabiduría da a los que aman. Ábrenos al querer del Padre, configura nuestro ser y obra según su Santa voluntad.

SILENCIO

TODAS: Señor, yo detesto todos mis pecados, porque ellos me tornan indigna de recibirte en mi corazón; y me propongo, con Tu gracia, nunca más cometerlos, evitar las ocasiones de pecado y hacer penitencia. Señor, ardientemente deseo que visites mi alma y permanezcas aquí, a fin de que no me separe nunca de Ti, y me quede siempre gozando de Tu divina gracia. Amén.

SILENCIO

L1: Oh, Dios mío, que posees en una abundancia incomprensible todo cuanto puede haber de perfecto y digno de amor, extingue en mí todo amor culpable, sensual y desordenado hacia las criaturas, y enciende en mi corazón el fuego purísimo de Tu amor, a fin de que ame, hasta el punto que, consumido en Tu santísimo amor, pueda yo ir a amarte eternamente en el Cielo, con los elegidos.
L2: Oh, Jesús, Víctima divina de nuestros altares, grande y único Reparador, yo también me uno a Ti para cumplir, contigo y por medio Tuyo, el oficio de pequeña alma reparadora.
L3: Y me dirijo también a ti, oh Madre mía, para que así como en el Calvario ofreciste al Padre a Jesús, que se inmolaba por su gloria y por la salvación de las almas, así renueves en este momento el místico ofrecimiento en mi lugar.
L4: En el cáliz de Tu Corazón Inmaculado ofrece, oh Virgen dulce, los dolores de Jesús junto a los Tuyos, para invocar la Divina Misericordia sobre mí y sobre el mundo entero. Después de haberte dado gracias por Tus dones sin fin, ¿cómo puedo no confundirme a la vista de mis culpas y de mis infidelidades? ¡Con cuánta ingratitud y frialdad he respondido a tus beneficios!..

SILENCIO

Oh Dios y Padre nuestro: Cuando hubo llegado la hora de tu Hijo Jesús de aceptar la pasión y la muerte por amor a ti y por amor salvador a nosotros, él no rechazó ese sufrimiento y profundo dolor. En la hora de las pruebas, por las que nosotros tenemos que pasar, no permitas que seamos rebeldes, sino mantennos confiando en ti, ya que tú nos salvaste por medio de Jesucristo nuestro Señor.

Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén

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