JESÚS, MI BUEN PASTOR

Por Rita

Adoración de fecha 14/10/2009

ALABADO SEAS MI SEÑOR

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¡Alabado sea el Santísimo!
Por siempre sea alabado Jesús Sacramentado.

Dirigente (D)

"En la fe encontramos luz y consuelo para todo". Con esta expresión de la Hna. Emilie al Eterno Padre bondadoso, al Dios que conduce todas las cosas con sabiduría y Amor, y en el mes de nuestra querida Madre y Reina tres veces Admirable. Con gratitud recordamos el Salmo 23, que es una oración que expresa como la providencia de Dios vela sobre cada ser humano.

Todas (T):

El Señor es mi pastor,
nada me falta;
en verdes pastos él me hace reposar
y a donde brota agua fresca me conduce.
Fortalece mi alma,
por el camino del bueno me dirige
por amor de su Nombre.

Aunque pase por oscuras quebradas,
no temo ningún mal,
porque tú estás conmigo,
tu bastón y tu vara me protegen.

Me sirves la mesa
frente a mis adversarios,
con aceite perfumas mi cabeza
y rellenas mi copa.
Me acompaña tu bondad y tu favor
mientras dura mi vida;
mi mansión será
la casa del Señor
por largo, largo tiempo.

D: Señor, Tú eres mi buen Pastor. Eres mi Padre. Me conoces y tu mirada colmada de bondad ve todo cuanto me sucede. Mi vida transcurre bajo tu mirada. Hoy quisiera implorar muchas veces, lleno de confianza.


T: El Señor es mi Pastor, Tú, Dios Todopoderoso y Eterno, eres también mi Padre. Tu me amas a mi, que soy tu hijo. Aunque todavía no vislumbro una salida para mis aflicciones, quiero regalarte toda mi confianza. Estoy seguro que no vas a permitir que caiga.

D: Señor, gracias por ser tan bueno, tan misericordioso, tan presente en las horas difíciles, porque siempre quieres lo mejor para todos.

T: Señor, Tú sabes lo que me falta y aquello por lo cual estoy sufriendo. Tú me estás mirando. Tú eres mi Padre, que siempre deseas lo mejor para mí y que te preocupas de mí con total solicitud. Me regalas aún mas de lo que soy capaz de abarcar. Te regalo mi fe en tu sabiduría y en tu amor, regálame Tu aquellos dones que realmente necesite y que redunden en mi bien.

D: Dios llama a cada persona por su nombre y la conoce en su mas profunda identidad que expresa amor y nos acepta. Dios es quien repara nuestras fuerzas, saciando el anhelo mas profundo de nuestras almas.

T: Señor, mi Buen Pastor, que hermoso que me conozcas y sepas de mis preocupaciones. Tú también conoces mis anhelos mas profundos. Se que mi nombre está escrito en la palma de tu mano, que Tu me conoces y me llamas por mi nombre. Gracias por ser tan importante para Tí, el Padre que repara mis fuerzas, hoy y siempre cuento contigo.

D: ¿Qué me puede pasar si Tú estás conmigo? Señor, Tu me recoges, Tu me sostienes.

T: Jesús, mi Buen Pastor: Tú, estás conmigo. Tú estás a mi lado, como un amigo que nunca me deja sin respuesta, como alguien que me proteje. Estás conmigo vaya adonde vaya. Y vas a estar siempre conmigo. Tú nos has prometido: "Estaré con ustedes todos los días hasta el fin del mundo". Señor Jesucristo, Buen Pastor, Tu nos has preparado la mesa con los dones mas valiosos que el mundo puede ofrecer en la Sagrada Eucaristía, te das Tu mismo en alimento y silencias el hambre y la sed de nuestras almas. Tu también sabes cuanto necesitamos de una madre que esté para sus hijos, previendo y cuidando de ellos, por eso nos hiciste el regalo de darnos a tu propia Madre. Su corazón es tan grande que puede acogernos a todos. Su única preocupación es conducirnos a Tí.

D: No fuimos creados solamente para este mundo limitado, sino para toda una eternidad, es donde encontramos nuestro mas profundo anhelo por una vida llena de felicidad sin fin, conducidos por Dios.

T: Dios, Padre Nuestro, la fe en tu providencia hace que pueda descubrirte detrás de los acontecimientos y del mundo. Tú estás aquí y alguna vez podré verte y estar en tu Casa. Por siempre podré tener allí mi hogar y recogerme en Tu Amor.

Señor, Tú eres mi Pastor. Tu eres quien me conduce al Hogar..."

Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.

Adoración basada en el Salmo 23 y en la Novena de la Hna. M. Emilie.