"Oh Amor Eterno Jesús, que te has ocultado en el pan, Eterna bienaventuranza Inimaginable, fuente de felicidad y gozo, que quieres ser un Paraiso en la tierra y lo eres cuando me comunicas tu Amor Divino.
Oh Amor Eterno, Jesús, que te has encerrado en esta hostia, ocultando tu Divina Majestad y tu Belleza, lo haces para darte entero a mi alma y para no asustarla con tu Grandeza.
Hoy Jesús ha habitado en mi corazón, ha bajado del Alto Trono Celestial, el Gran Señor, el Creador del Universo ha venido a mi bajo la especie del Pan.
Mi corazón es tu morada, Oh Rey de Eterna Gloria, gobierna en mi corazón y reina en él como en un magnífico palacio."
Gloria al Padre, Gloria al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.
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