Por Mirian
Extracto de la Adoración de fecha 28/04/2010
D: Bendito sea Jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar.T: Sea por siempre bendito y alabado Jesús Sacramentado. Dios mío, ven mi auxilio.
T: Señor, date prisa en socorrerme.
T: ORACION DEL P.J.K.: Señor, enséñanos a orar! Preocúpate de que recuperemos el habla, de que aprendamos nuevamente el hablar contigo de un modo espontáneo y original. Haz que aprendamos nuevamente a escuchar lo que nos sugieres en el alma, a escuchar lo que hablas en nosotros a través de los acontecimientos de nuestra vida, a escucharte a través de las grandes angustias de la época actual….Señor, enséñanos a orar!!.
T: Madre y Reina! Ayúdanos a despojarnos de todo lo que nos intranquiliza para que en silencio y pobreza, el Espíritu de Dios pueda llegar hasta nosotras y encontrar en nuestras almas un ambiente sereno de acogida y entrega. Haz que nuestra inteligencia se abra a su Luz y aprendamos a ver con los ojos de Dios. Regálanos la profunda comprensión del corazón que tanta sabiduría da a los que aman. Ábrenos al querer del Padre, configura nuestro ser y obra según su Santa voluntad.
SILENCIO
D: Nos unimos espiritualmente al Santuario Original con el círculo de Adoración de Schoenstatt, dirigido por las Hermanas Adoratrices, recordando que en diciembre del 2009, se ha cumplido 80 años, de aquella Nochebuena de 1929, cuando el Padre Kentenich abrió el Tabernáculo del Santuario Original para dar inicio a la Adoración Perpetúa.
Este horario de Adoración ofrecemos por:
- Nuestra preparación para el festejo de los 100 años de Schoenstatt (2014).
- La Conquista de la Coronación A la “Mater como Reina del Jardín del Padre”,
- Las intenciones particulares que traemos…
SILENCIO
T: Jesús hoy estamos ante ti, por amor, nadie nos obligó a venir, nadie nos arrastró, tu nos llamaste y nosotras respondimos, es tan difícil a veces cumplir con tus mandamientos. El mundo nos absorbe y hace que nos perdamos….Pero realmente ver tu rostro nos llena de paz, tranquilidad, estar aquí nos hace olvidarnos de lo que allá afuera nos espera.
SILENCIO
T: Por eso te alabo y te bendigo, aunque mis palabras no alcanzan para expresarte tanta gloria que mereces, heme aquí, con los mejores regalos que te puedo dar, mi corazón: para que habites en el, mis labios: para que tu hables a través de ellos, mis manos: para trabajar por ti, mi vida entera: para servirte todos los días.
SÚPLICA Y ALABANZA
A cada invocación respondemos:“Reconozco que Tú eres la Bondad Infinita y creo en Tu amor por mí”.
• En el misterio sublime de la Unidad de Tu Naturaleza y de la Trinidad de Tus Personas, R/.
• En la armonía de Tus perfecciones innumerables, R/.
• En la riqueza inagotable con que haces los seres de la nada, R/.
• En la pacífica posesión de Tu eterna Bienaventuranza, R/.
• En la sabiduría infinita con que gobiernas todas las cosas, R/.
• En la bondad inefable con que elevas al hombre a la dignidad de hijo Tuyo, R/.
• En la Misericordia infinita con que toleras y conservas al pecador, R/.
• En el misterioso decreto que estableció la Redención, R/.
• En lo infinito de Tu Encarnación, R/.
• En las humillaciones, en los ocultamientos, en los trabajos de Tu vida terrena, R/.
• En los oprobios de Tu Pasión y muerte, R/.
• En la gloria de Tu Resurrección, de Tu Ascensión y de Tu triunfo en los Cielos, R/.
• En Tu divino Corazón, abierto por la lanza en el Calvario, R/.
• En Tu divino Corazón revelado a Tus Santos en el transcurso de los siglos, R/.
• En Tu divino Corazón que late de amor por nosotros en Tu pecho adorable y presente en nuestros Sagrarios, R/.
• En Tu divino Corazón, desbordante de misericordia para los pobres pecadores, especialmente en el Sacramento de la Penitencia, R/.
• En Tu Sacerdocio, que a través de los siglos continúa Tu obra de Misericordia y de salvación, R/.
• En Tu Vicario, que te representa visiblemente en la tierra, R/.
• En la Iglesia, que conserva y dispensa a las almas los tesoros de Tu divina gracia, R/.
• En su magisterio infalible, en su sabio gobierno, en su inefable poder de santificación, R/.
• En María Santísima, Tu Madre, enriquecida con tantos privilegios y constituida también Madre, Corredentora y Abogada nuestra, R/.
• En la exuberante fecundidad con que produces Santos, R/.
• En la conmovedora generosidad con que dispensas tus dones, R/.
• En el misterioso trabajo de la gracia en la intimidad de las almas, R/.
• En el don purificador de tu Cruz, R/.
• En la maravillosa providencia con que sigues a cada criatura en el curso de su vida, R/.
• En Tu gloria infinita, que comunicas a Tus elegidos haciéndolos eternamente felices en el Cielo, R/.
• AMEN.
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