Por Rosa
Extracto de la Adoración de fecha 17/03/2010
Extraída de la Adoración de Juan Pablo II
Todas: Jesús sacramentado mi dulce amor y consuelo, tú que de tanto amarnos has expirado en la cruz. Señor amado venimos a encontrarnos contigo para alabarte, glorificarte y darte gracias por lo misericordioso que eres con todos nosotros, nos ponemos cada una de nosotras en tus manos, y pedimos humildemente perdón por todos nuestros actos que no fueron de tu agrado, que te ofendieron a ti y a nuestros hermanos. Amén
Silencio
D. Señor Jesús: nos presentamos ante ti sabiendo que nos llamas y que nos amas tal como somos.
T. “Tú tienes palabras de vida eterna y nosotros hemos creído y conocido que tú eres el Hijo de Dios” (Jn. 6,69).
D. Tu presencia en la Eucaristía ha comenzado con el sacrificio de la última cena y continúa como comunión y donación de todo lo que eres. Aumenta nuestra FE.
T. Por medio de ti y en el Espíritu Santo que nos comunicas, queremos llegar al Padre para decirle nuestro SÍ unido al tuyo. Contigo ya podemos decir: Padre nuestro…..
Silencio
D. Siguiéndote a ti, “camino, verdad y vida”, queremos penetrar en el aparente “silencio” y “ausencia” de Dios, rasgando la nube del Tabor para escuchar la voz del Padre que nos dice: “Este es mi Hijo amado, en quien tengo mi complacencia: Escuchadlo” (Mt. 17,5).3.
T. Con esta FE, hecha de escucha contemplativa, sabremos iluminar nuestras situaciones personales, así como los diversos sectores de la vida familiar y social.
D. Tú eres nuestra ESPERANZA, nuestra paz, nuestro mediador, hermano y amigo.
T. Nuestro corazón se llena de gozo y de esperanza al saber que vives “siempre intercediendo por nosotros” (Heb. 7,25).
D. Nuestra esperanza se traduce en confianza, gozo de Pascua y camino apresurado contigo hacia el Padre.
T. Queremos sentir como tú y valorar las cosas como las valoras tú. Porque tú eres el centro, el principio y el fin de todo.
Apoyados en esta ESPERANZA, queremos infundir en el mundo los valores evangélicos por la que Dios y sus dones salvíficos ocupan el primer lugar en el corazón y en las actitudes de la vida concreta. Queremos AMAR COMO TÚ, que das la vida y te comunicas con todo lo que eres.
Quisiéramos decir como San Pablo: “Mi vida es Cristo” (Flp. 1,21).Nuestra vida no tiene sentido sin ti.
Gracias a ti, nuestra capacidad de silencio y de adoración se convertirá en capacidad de AMAR y de SERVIR.
Nos has dado a tu Madre como nuestra para que nos enseñe a meditar y adorar en el corazón. Ella, recibiendo la Palabra y poniéndola en práctica, se hizo la más perfecta Madre.
Ayúdanos a ser tu Iglesia misionera, que sabe meditar adorando y amando tu Palabra, para transformarla en vida y comunicarla a todos los hermanos.
Amén.
Silencio
T. Creo, Jesús mío, que estás real y verdaderamente en el cielo y en el Santísimo Sacramento del Altar.
Os amo sobre todas las cosas y deseo vivamente recibirte dentro de mi alma, pero no pudiendo hacerlo ahora sacramentalmente, venid al menos espiritualmente a mi corazón. Y como si ya os hubiese recibido, os abrazo y me uno del todo a Tí. Señor, no permitas que jamás me aparte de Ti. Amén.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en un principio, ahora y siempre, por lo siglos de los siglos amén
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