En sintonía... RADIO TUPASY RAPERE
¡Te adoro, te alabo,
te bendigo
Salvador mío
Hijo de Dios y de María,
Fuente de verdad y de vida!
¡Gracias por el deleite
de estar en tu compañía!
Amén

miércoles, 24 de febrero de 2010

SEÑOR, PERMANECE EN MÍ!

Por Mirian

Extracto de la Adoración de fecha: 24/02/2010

Bendito sea jesucristo en el Santísimo Sacramento del Altar
Sea por siempre Bendito y Alabado, Jesús sacramentado


La cuaresma es tiempo para crecer en el amor, la paciencia, la libertad, en la cercanía a Dios y a los hermanos. Durante estas semanas Dios nos llama especialmente a convertirnos de nuestros pecados y a vivir como verdaderos discípulos de Jesús. La conversión no depende de nosotros, se la tenemos que pedir al Señor. Por ello todas juntas le decimos: ’Señor, cambia mi corazón de piedra en corazón de carne, hazlo sensible y compasivo, capaz de estar cerca del que sufre y que sepa darme a los demás, un corazón como el tuyo”. “Señor, cambia mi orgullo en humilde servicio... mi codicia en generosidad... cambia nuestros miedos en fe... nuestros sufrimientos en sacramentos: Tú puedes convertir nuestro sufrimiento en un signo de tu presencia. Asúmelo como algo tuyo. Entonces el sufrimiento se convertirá en fuente de Gracia y me unirá más fuertemente a Tí.” Amén. SILENCIO...

Oración de San Ambrosio, Obispo

Señor mío Jesucristo, me acerco a tu altar lleno de temor por mis pecados, pero también lleno de confianza, porque estoy seguro de tu misericordia.

Tengo conciencia de que mis pecados son muchos y de que no he sabido dominar mi corazón y mi lengua; por eso. Señor de bondad y de poder, con miserias y temores me acerco a ti, fuente de mise­ricordia y de perdón; vengo a refugiarme en ti, que has dado la vida por salvarme, antes de que llegues como juez a pedirme cuentas.

Señor, no me da vergüenza descubrirte mis llagas. Me dan miedo mis pecados, cuyo número y magnitud sólo tú conoces; pero confío en tu infinita miseri­cordia. Señor mío Jesucristo, rey eterno. Dios y hom­bre verdadero, mírame con amor, pues quisiste ha­certe hombre para morir por nosotros. Escúchame, pues espero en ti. Ten compasión de mis pecados y miserias, tú que eres fuente inagotable de amor.

Te adoro. Señor, porque diste tu vida en la cruz y te ofreciste en ella como redentor por todos los hombres. Adoro, Señor, la sangre preciosa que brotó de tus heridas y ha purificado al mundo de sus pecados. Mira, Señor, a este pobre pecador, creado y redimido por ti.

Me arrepiento de mis pecados y propongo corregir sus consecuencias. Purifícame de todas mis maldades para que pueda celebrar dignamente este santo Sa­crificio.

Que tu Cuerpo y Sangre me ayuden. Señor, a obtener de ti el perdón de mis pecados v la satis­facción de mis culpas; me libren de mis malos pen­samientos, renueven en mí los sentimientos santos, me impulsen a cumplir tu voluntad y me protejan en todo peligro de alma y cuerpo. Amén. SILENCIO…


COMO CUSTODIAS VIVAS, TE CORONAMOS MADRE, REINA DEL JARDIN DEL PADRE !

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